Contamos con tres tipos de ladrillos anti ácidos. La diferencia entre ellos es su grado de quema, su porosidad abierta y su química.
El ladrillo tipo II es de media-baja alúmina pero se quema a muy alta temperatura para formar una fase vítrea que le reduce la porosidad superficial e interna significativamente. Tiene una porosidad de 8% mientras que un ladrillo denso normal tipo high duty tendría porosidad superior al 20%.
El ladrillo tipo III es también de media-baja alúmina pero se quema a mucha más alta temperatura lo que resulta en un producto de incluso menor porosidad y permeabilidad que el tipo II. Este producto tiene una porosidad de <5% y se usa en las más severas aplicaciones de ataque de cloro por ejemplo.
El ladrillo de alta alúmina (90%) es para aplicaciones de alta temperatura sobre todo para unidades de recuperación de azufre (tipo Claus) o en su composición de 99% alúmina o 97% con Zirconio para unidades de negro de humo.
Los ladrillos se pegan con un mortero anti acido que por su liga química resiste al ataque.