Los anclajes para hormigón generalmente son de tipo V. Sugerimos el uso de dos patas desiguales para no crear una superficie de estrés interna al concreto que provocaría su daño. La longitud del anclaje generalmente es de 75% del espesor del hormigón. Contamos con sistemas de anclajes flotantes que permiten un amarre más flexible o con los sistemas tradicionales que se sueldan directamente en la carcasa.

Sugerimos el uso de tape alrededor del anclaje para formar una luz una vez el tape se quema; este espacio sirve para permitir crecimiento del anclaje sin que toque el hormigón y ejerza estrés.

Para ambientes corrosivos sugerimos el uso de nuestras membranas anti corrosivas resistentes al ataque de ácidos